La Violencia

-ACTIVIDAD-


Leer el capítulo 11 del libro de Historia de Colombia y sus Oligarquías de Antonio Caballero.

A partir de la lectura escribir mínimo 300 palabras que den cuenta de las ideas principales de la lectura. 

La Violencia 


La violencia... aquella palabra que nos estremece y sacude la fibra más pequeña de nuestro cuerpo y que ha sido parte del diario vivir; aq
uella palabra que pone de rodillas a toda una tierra con ausencia de memoria, sumisa, sinvergüenza y tirada al olvido. Bueno, al menos de eso algunos estamos conscientes de la realidad que nos azota como país desde tiempos de la colonización, a la vez que otros desde su privilegio solo entierran toda gota de realidad de nuestra historia y apuestan cada vez más por la guerra alimentando su oligarquía (en pocas palaras, beneficiar a su burbuja utópica) 

 Precisamente se ha negado en que existe alguna mínima pista de desigualdad social envuelta en violencia en Colombia a lo largo de la historia del país (incluyendo hoy día), con la excusa de que solo sucedía en la "época de antes y que ahora el mundo a avanzado y ya no hay tal periodo de violencia"; decir eso, es como negar que no existe el racismo porque "solo fue en la época de antes", o sea absurdo. 

Ahora bien, planteada la idea de que Colombia sigue bajo la violencia, revisemos punto por punto cada fragmento de la historia de este país, remontándonos desde antes del famoso Bogotazo.
Como sabemos, desde siempre ha existido los dos típicos bandos de partidos políticos que han llevado su fanatismo al extremo, los Liberales y Conservadores. Esta conforntación entre los dos bandos se ve más fuerte en el momento en que el conservador Mariano Ospina gana las elecciones aprovechando que su partido adversario se encontraba dividido. A pesar que su candidatura proponía una Colombia de ensueño con un gabinete bipartidista y demás, sucedió lo contrario. 

Con el retiro de Gaitán (cabecera del Liberalismo) en la Unión Nacional -aún así con mayorías liberales en las elecciones-, los Conservadores cogieron fuerza y siendo su gobierno hegemónico y minoritario, se disparó la violencia en el territorio con la intención de tener bajo corriente su gobernanza sin peros, ni reclamos. Así como lo plantea el autor A. Caballero: "...era la receta para mantener el poder, esta vez otra vez, si era posible, de nuevo para siempre". Y si echamos lupa, este periodo no es más que la clara evidencia del fraternicidio; claro, esto ya venía desde antes con los Centralistas y Federalistas con la patria boba. Pero en este caso, el capítulo desarrollaba un cuento más amargo; enredando a las generaciones a no tener libre elección por intereses políticos, pero si ser dogmatizados por viejas costumbres, religión y sumándole, fanatismo.
Aquí entramos a la época del "Cuando la política", una estrategia bélica que aprovecharon los conservadores (reiterando que eran minoría) mientras había división política en el partido Liberal y así mantener su poder.

Ahora bien, tengamos en cuenta que la violencia no es solo física, es decir, ataques de lesa humanidad. Si no que también hay violencia económica. En este episodio de Cuando la Política, gracias a la dirección del economista Lauchlin Currie y su idea de una economía política exitosa, se vieron afectados todos los campesinos y terratenientes, pues nunca se interesó por las garantías económicas de estos ni mucho menos mejora de calidad de vida, todo esto en consecuencia de la urbanización forzada. No hay nada más violento que arrancar las flores marchitas desde la raíz, que ayudarlas a reflorecer.  
Cosa que hasta en nuestra actualidad somos espectadores. Quién diría que en vez de avanzar seguimos en el bucle del desplazamiento forzado y sigamos viendo como vidas siguen siendo afectadas y no haya una reparación digna. 
Tiempo después empezaron las huelgas, sin embargo, estas no dieron resultado conveniente para los manifestantes, se debilitaron los sindicatos y sus dirigentes fueron destituidos.
Poco a poco ese país liberalita bajo cuerda, empezó a manifestarse en la famosa marcha del silencio convocada por la cabeza del liberalismo, Gaitán. En este encuentro Gaitán manifestó la necesidad de parar con la violencia que amordazaba al país. Expresó con un discurso contundente en medio del multitudinario silencio lo siguiente:
estas masas que así se reprimen también obedecerían la voz de mando que les dijera: ejerced la legítima defensa... Malaventurados los que en el gobierno ocultan tras la bondad de las palabras la impiedad para los hombres de su pueblo, porque ellos serán señalados con el dedo de la ignominia en las páginas de la historia”.
Gaitán en aquel entonces dio el presagio que, precisamente, ahora estamos experimentando, ese rechazo a aquellos tiranos que sometieron a todo un país en la violencia y en la desigualdad. No demorado llegó la respuesta a Gaitán, lo asesinaron.
Nada raro en este país.

Pongámonos a pensar en lo que es esta situación hoy día, nada diferente a lo que fue antes. Toda mínima exigencia de justicia termina en tragedia podemos evidenciarlo con los asesinatos de los líderes sociales. Es notable que no está permitido alzar la voz por todo un territorio, aunque callar no es una opción.

Posteriormente explotó la olla a presión. Tras la muerte del líder liberalista esa mayoría roja inició lo que fue el bogotazo, el descontento del país se desbordó y con este momento, los
manifestantes armaron levantando así las Autodefensas Liberales. Con todo esto se expandió la violencia en todo el país conservadores-liberales y hasta policías vs civiles.
Laureano Gómez, el líder del bando azul conservador se dio al exilio en España bajo la dictadura de Franco, a pesar de la terrible situación en la que se hallaba el país, se dio el descaro de llamar al Liberalismo como un Basilisco, monstruo que era necesario aplastar por completo ya que tenia a la deriva el futuro del país, cuando fue su propio partido que fue el que trajo al país a ese periodo de violencia que al parecer no tenía fin. Pensemos un momento si no nos encontramos en una situación similar. En donde nuestros gobernantes tiran la piedra y esconcen la mano, dejándonos viendo un chispero.

Cuando se acercaban las elecciones presidenciales de los 50s, se cerró el Congreso y se declaró un estado de Sitio bajo el mandato del presidente Ospina, se quemaron cédulas supuestamente falsas de votantes liberales, y la represión era cada vez mayor. Viéndose los candidatos liberales a la presidencia dieran un paso atrás por faltas de garantías, dejando a Laureano Gómez como único candidato y permitiendo que este ganara las elecciones, llegando una era de fascismo sin interrupción alguna.

El gobierno de Gómez respaldó guerras, contribuyendo así a conflictos internacionales. Pero más allá de la violencia, se agrega que, su mandato fue combinado con la iglesia católica, más azote para el pueblo, instaurando así la Política de Dios y Gobierno de Cristo.
Y no está demás decir que la represión violenta contra los Liberales crece cada vez más, asesinatos contra familias enteras, violaciones, asesinatos a niños, mujeres en embarazo, adultos mayores y un largo etcétera. 

Al tiempo se dio un golpe de estado por parte del general Rojas Pinilla, tumbó a Gómez llevándolo en la situación de exilio nuevamente en la España Franquista. Rojas pinilla no se queda atrás con su represión, pues en su gobierno se instauró una dictadura teniendo como inspiración las dictaduras de Mussolini, Franco e imposible no mencionar Hitler en la Alemania Nazi. Llevando a cabo una gobernanza peor que la de los mandatarios anteriores. No cesó la violencia en las zonas rurales, siguió el fascismo, y peores condiciones de vida para los compatriotas. En palabras del autor: "Se fue acumulando el descontento, que el gobierno atribuía a las intrigas de las oligarquías", es decir, solo se beneficiaba la pequeña población privilegiada.

Tras el mandato de Rojas se desarrollaba, por un lado, Gómez, Ospina, Lleras y Alfonso López se reunieron en España para realizar un tratado el cual planeaba unir al país para derrocar ese gobierno tirano y empezar una especie de alternancia en las presidencias entre cada partido, para traer al país esa paz y evitar que se dieran más asesinatos entre compatriotas.
Y así fue, se dio el tratado del Frente Civil, en la cual se unieron trabajadores , estudiantes, y maestros. Sumaron más masas convirtiéndose así en el Frente Nacional, dejando solo y sin respaldo a Rojas Pinillas, este terminó derrotado y accedió a dejar su cargo público, su profesión en la milicia y se fue al exilio. Sin embargo, se llevó una gran recompensa económica a pesar de su atroz periodo de mandato dejando grandes consecuencias en el territorio... el colmo, en este país la realidad supera a la ficción.

Está claro que en este país la violencia es pan de cada día a consecuencias de cabos que no se solucionaron a lo largo de la historia. Con esto se quiere reflejar la importancia de reconocer las causas de los episodios de guerra entre compatriotas, no negar lo que sucede en nuestro alrededor y buscar una solución inteligente. Pero aquí viene la siguiente pregunta: ¿Cuál es la necesidad de matar a otros hermanos de patria por un ideal, si todos buscan la solución para garantizar un país seguro para todos?. Bien dice Aristóteles que la contradicción es necesaria la evolución, y es verdad, ¿pero cuál es la ganancia de que algunos sufran las consecuencias de la violencia por conseguir un mejor país independientemente de un partido político?.





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